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Mexicanos, víctimas del insomnio

Dos terceras partes de la población ha experimentado, por lo menos una vez en su vida, algún trastorno del sueño. El insomnio es uno de los más recurrentes. Conoce cómo puede afectar el desempeño diario de una persona.

El insomnio, ese desvelo nocturno que nos roba horas preciosas al intentar dormir, es un problema que afecta a un gran número de personas en México. Se estima que entre 45 y 50 por ciento de la población adulta sufre mala calidad del sueño, según información del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM.

El insomnio se puede definir como la dificultad de conciliar el sueño o mantenerlo, condición que llega a prolongarse por varios días o hasta meses. Entre las causas del insomnio se encuentran:

  • Estrés, ansiedad, preocupaciones y depresión.
  • Cambios en los horarios de trabajo.
  • Consumo de sustancias estimulantes, contenidas en el café, bebidas energéticas, cigarro y chocolate.
  • Entornos muy ruidosos.
  • Temperaturas extremas.
  • El uso excesivo de dispositivos electrónicos atrasa la hora de quedarse dormido y disminuye el sueño profundo.

En adultos mayores destaca el consumo de ciertos medicamentos y una menor necesidad de dormir.

Consecuencias y soluciones

El insomnio tiene un impacto significativo en la salud y el bienestar de las personas, ya que provoca:

  • Mal desempeño en las actividades diarias: escolares, laborales y sociales.
  • Ausentismo laboral y baja productividad.
  • Problemas de concentración.
  • Falta de energía durante el día.
  • Mala calidad de vida.
  • Riesgo de sufrir un accidente.
  • Irritabilidad, ansiedad y tensión.
  • Dolores de cabeza y musculares.
  • Aumento de la posibilidad de padecer diabetes tipo 2, obesidad y trastornos cardiovasculares.

Algunos consejos contra el insomnio:

Mantener un horario regular de sueño: Intente acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.

Crear un ambiente propicio para el descanso: La habitación debe estar oscura, tranquila y a una temperatura adecuada para dormir.

Evitar el consumo de café, té, bebidas energéticas y alimentos estimulantes varias horas antes de acostarse, ya que pueden interferir con la calidad del sueño.

Limitar la exposición a la luz emitida por dispositivos electrónicos: teléfonos celulares, tabletas y pantallas, ya que puede interferir con la producción de melatonina (la hormona que regula el sueño).

Practicar técnicas de relajación: Puede probar con técnicas como la meditación, la respiración profunda, el yoga o tomar un baño caliente.

Evitar las siestas largas y cercanas a la hora de dormir.

Mantener una rutina de actividad física regular, ya que ayuda a promover un sueño más profundo y reparador.

Hay medicamentos naturales que permiten relajar el cuerpo y la mente, así como promover un descanso adecuado sin causar dependencia ni efectos secundarios.

Si tienes dificultades persistentes para dormir, es recomendable consultar con un profesional de la salud para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado.

Referencias

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